EL HOMBRO EN EL VOLEIBOL: Evolución, Técnica y Entrenamiento. (Prof. PABLO PRIOTTI).

INTRODUCCIÓN

El hombro del voleibolista es una de las estructuras más complejas y demandadas en este deporte. Comprender cómo ha evolucionado la capacidad de lanzar en los seres humanos nos permite contextualizar la exigencia biomecánica que supone cada remate y cada saque. A lo largo de este blog exploraremos, desde una perspectiva de preparación física y ciencias del ejercicio, los factores clave que influyen en el rendimiento y la salud del hombro.

Empezaremos revisando la evolución del gesto de lanzamiento en nuestra especie y cómo esto ha moldeado la anatomía y la función del hombro moderno. Después, entraremos en la técnica específica del voleibol, analizando con detalle la biomecánica de los saques y ataques para entender qué músculos y movimientos intervienen. Examinaremos estadísticas de juego que revelan la frecuencia y la intensidad de estos gestos, y nos detendremos en lo que ocurre dentro de la articulación: fuerza, activación muscular y patrones de movimiento.

Finalmente, abordaremos cómo trabajar el hombro para potenciar su rendimiento y cuidarlo, integrando las lecciones aprendidas en las secciones anteriores.


EVOLUCION DEL GESTO DE LANZAMIENTO: LA VENTAJA (Y VULNERABILIDAD)DEL HOMBRO HUMANO.

El ser humano es el único primate capaz de lanzar con gran velocidad, precisión y por encima de la cabeza. Esta habilidad no es casual: es el resultado de millones de años de adaptaciones anatómicas y neurológicas que nos diferencian de otros primates, como chimpancés o gorilas, cuyo lanzamiento es predominantemente por debajo del hombro, lento y poco preciso.

Entre los cambios más determinantes está el desarrollo de una pelvis alta y móvil, junto con una columna lumbar capaz de rotar, lo que permite una transmisión eficiente de energía desde las piernas y el tronco hacia el brazo. A esto se suma una escápula situada en posición dorsal, con un glenoide orientado lateralmente, optimizando el acoplamiento entre la rotación del torso y la abducción del brazo. Estas modificaciones favorecen la acumulación y liberación de energía elástica en la fase de armado (cocking phase), llegando a aportar más del 50 % de la potencia de rotación interna.

Otra adaptación clave es la retroversión humeral en el brazo dominante, que aumenta el rango de rotación externa y potencia el almacenamiento de energía. Sin embargo, esta especialización tiene un precio: el hombro humano, diseñado para ser veloz y preciso, carece de la robustez estructural de otros primates. La reducción del espacio subacromial y del volumen del supraespinoso, junto con fibras musculares rápidas pero más fatigables, lo hacen especialmente vulnerable a lesiones como desgarros del manguito rotador o daños en el labrum.

El lanzamiento no depende solo de la estructura ósea y muscular, sino también de una cadena cinética bien secuenciada —piernas, pelvis, tronco, hombro, brazo y mano— y de un control neuromotor preciso. Los humanos poseen vías nerviosas que permiten coordinar activaciones musculares rápidas y en el momento justo, algo ausente en otros primates. Alteraciones en esta secuencia, ya sea por fatiga o por disfunción escapular, reducen el rendimiento y aumentan el riesgo de lesión.

Es especialmente interesante observar que algunos voleibolistas presentan una combinación anatómica que favorece el gesto de lanzamiento: caderas relativamente estrechas en relación con una amplia amplitud biacromial y brazos largos—es decir, aquellos cuya mano llega casi a las rodillas cuando cuelgan relajadas. Esta proporción favorece una mayor palanca y eficiencia en la generación de velocidad angular, aportando ventaja mecánica al lanzar o rematar.

En síntesis, nuestra capacidad de lanzar con eficacia es una ventaja evolutiva que combina cambios esqueléticos, musculares y neurológicos, pero que también nos deja con un hombro extraordinariamente eficiente… y extraordinariamente vulnerable.


TÉCNICA DE REMATE EN SALTO

En el voleibol de élite, el ataque en salto constituye la acción ofensiva más determinante para el resultado del partido. Los datos de los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 confirman que, en promedio, un opuesto masculino realiza alrededor de 28 remates por partido, mientras que una opuesta femenina alcanza las 35 acciones ofensivas. Las puntas/receptoras mantienen también un volumen elevado (25–30 por partido), lo que refleja la enorme carga repetitiva que soporta la articulación del hombro. Equipos ganadores suelen convertir más del 50 % de sus remates en punto, mientras que equipos no élite oscilan entre el 30–40 %, lo que subraya la importancia de optimizar la técnica de golpeo.

Desde el punto de vista biomecánico, el tronco y el brazo atacante cumplen funciones clave. La rotación rápida del tronco no solo contribuye a la generación de potencia, sino que también influye en la dirección y el ángulo del remate. Estudios han demostrado que, en remates cruzados, una mayor rotación del torso mejora la eficacia y facilita trayectorias más difíciles de defender. El brazo, por su parte, debe acelerar con un patrón coordinado que maximice la velocidad de la mano y reduzca el estrés sobre la articulación glenohumeral.

La literatura reciente ha identificado cinco técnicas principales de armado de brazo: Straight, Bow-and-arrow alto, Bow-and-arrow bajo, Snap y Circular. El análisis de jugadores olímpicos entre 1984 y 2021 revela que las técnicas Circular (~39–40 %) y Snap (~25–28 %) son las más frecuentes, mientras que el clásico Bow-and-arrow alto —descrito tradicionalmente en manuales— está en retroceso. El motivo podría ser doble: las técnicas circulares permiten un flujo continuo de movimiento sin pausas bruscas, reducen la flexión extrema de hombro y, en consecuencia, disminuyen la carga articular, al tiempo que mantienen o incluso mejoran la velocidad del balón.

CONCLUSIÓN Y RECOMENDACION TÉCNICA

Para reducir el riesgo de lesiones por sobreuso y maximizar la eficacia ofensiva, se debería evitar un armado de codo excesivamente alto, característico del Bow-and-arrow alto, que provoca ángulos extremos y picos de estrés innecesarios..


QUÉ PASA EN TU HOMBRO CUANDO REMATAS (y como entrenarlo sin romperlo)

FASE DE GOLPEO (TRONCO Y BRAZO)

Fase I – Inicio / Wind-up

Rotación y ligera extensión del tronco, retracción escapular, deltoides ant. + supraespinoso elevan el brazo, infraespinoso y redondo menor llevan a rotación externa. Subescapular frena en excéntrico.

Fase II – Armado / Coking

Co-contracción del manguito, escápula estable, picos EMG supraespinoso/deltoides, rotadores externos ~50% MVIC, subescapular sigue controlando.

Fase III – Cargado

Bíceps largo se desactiva, manguito y cápsula almacenan energía elástica (≈50% de la potencia de rot. interna).

Fase IV – Aceleración

Rot. interna y aducción horizontal (subescapular, pectoral, dorsal), tríceps extiende, escápula rota superior y se proyecta. Velocidad RI 4.000–7.000°/s, torque 37–40 N·m.

Fase V – Desaceleración / Follow-Through

Manguito y deltoides excéntricos frenan, escápula controla rotación descendente. Fuerza compresiva pico ~400 N.

Datos

Saque flotante: gesto más controlado, ~20–25% menos carga; valores típicos: torque interno ~30–32 N·m y fuerza compresiva ~330 N.

Remate: pico breve y alto (RI ~4000–7000°/s; ~37–40 N·m; ~400 N compresión).


ANALISIS COMPARATIVO: Press Banca – Press Militar – Flexiones de Brazos.

  • Press vertical / militar (overhead press): empuje por encima de la cabeza. Carga sostenida, depende del %1RM. Alta demanda de deltoides anterior + estabilización escapular (serrato/trapecio). Riesgo si se hace detrás del cuello o con lumbar en hiperextensión.
  • Press de banca (horizontal): aducción horizontal del hombro + extensión de codo. Alta activación de pectoral mayor + deltoides anterior; escápulas fijas en el banco (menos movilidad → potencial de “peligro anterior del hombro” si técnica es deficiente).
  • Flexiones (push-ups): patrón similar al press de banca pero con escápulas móviles (protracción final), menor pico de carga absoluta y más amigables para el hombro en sujetos sensibles.

SIMILITUDES Y DIFERENCIAS CLAVE: REMATE vs. PRESSES

SIMILITUDES

  • Requieren estabilidad escapular (serrato + trapecio inf.). Clave su entrenabilidad
  • Motores de empuje comunes: pectoral mayor, deltoides anterior y dorsales.
  • El complejo articular de los maguitos rotadores centra la cabeza humeral en ambos.

DIFERENCIAS

  • Remate: balístico, con ciclo estiramiento-acortamiento, altas velocidades, gran demanda excéntrica en el follow-through.
  • Presses: controlados, carga sostenida; en banca las escápulas no se mueven, cambiando la cinemática subacromial.
  • Transferencia específica: el remate depende de rotación interna + aducción horizontal a alta velocidad con rotación del tronco; el press vertical fortalece el “andamiaje” escapulo-humeral; la banca desarrolla aducción horizontal y control anterior; las flexiones aportan control escapular dinámico.

PROBLEMAS FRECUENTES Y SOLUCIONES (Técnica y Preparación)

PROLEMAS TÍPICOS

  • Peligro anterior del hombro (traslación anterior/impingement) en banca o en remate desde abducción/rotación externa extremas.
  • Dyskinesis escapular → cierra arco subacromial y aumenta estrés del manguito.
  • Armado con codo muy alto / Bow-and-arrow alto → picos de estrés y cambio brusco de dirección.
  • Fatiga de rotadores externos → pérdida de control en desaceleración.

SOLUCIONES PRÁCTICAS

  • Preferir estilos Circular / Snap en el remate (armado continuo, menor flexión extrema).
  • Higiene escapular: fuerza de serrato y trapecio inferior; control de retracción y rotación superior.
  • Protocolo de manguito: rotadores externos, subescapular (isométricos/ excéntricos), trabajo de follow-through.
  • Banca: agarre medio, codos ~45–60°, escápulas “atrás y abajo”, ROM controlado (sin sobrepasar rangos que provoquen pinzamiento).
  • Militar: plano de escapción (evitar brazos a los costados de la cabeza), evitar detrás del cuello, core activo.
  • Progresión de cargas y monitorizar volumen (remates/saques y presses) para no sobrepasar la tolerancia del tejido.
  • Movilidad torácica y rotación interna (prevenir GIRD) + estiramientos específicos de cápsula posterior (sleeper stretch).

¿QUE APORTA CADA EJERCICIO AL ATAQUE DE VOLEIBOL?

  • Press militar: base de estabilidad escapulo humeral y fuerza del deltoides para sostener el brazo arriba; mejora la “postura” del golpe.
  • Press de banca: potencia de aducción horizontal y fuerza del pectoral que colaboran en la aceleración del brazo (transferencia parcial).
  • Flexiones: fortalecen serrato (protracción), mejoran ritmo escapulo humeral y control en el follow-through.
  • Trabajo específico (medballs/latigazos elásticos): reproduce la velocidad y el componente excéntrico del remate → imprescindible para transferencia real.

ABC DEL HOMBRO: Qué hacer, Cómo hacerlo y mejorar en el intento.

1- ESTABILIZACIÓN PREVIA Y CONEXIÓN DE SEGMENTOS

Objetivo: Crear una base sólida para transferir la fuerza desde el tren inferior al brazo.

EJEMPLO DE EJERCICIOS

  • Plancha frontal con toques de hombro.
  • Pase de balón medicinal en pareja con rotación de tronco.
  • “Pallof press” con banda elástica para control de la pelvis y el core.

2- FASE DE ARMADO INICIAL (WIND-UP)

Objetivo: Elevar el brazo sobre la cabeza manteniendo la estabilidad escapular y la alineación articular.

EJEMPLO DE EJERCICIOS

  • Elevaciones laterales con goma en plano escapular (30° por delante del plano frontal).
  • “Wall slides” (deslizamientos contra la pared) enfocando en control escapular.
  • Y-T-W con banda elástica para deltoides posterior y manguito rotador.

3- FASE DE COCINADO (COCKING)

Objetivo: Mantener la posición de máxima apertura con control isométrico y estabilidad de la escápula.

EJEMPLO DE EJERCICIOS

  • Isométricos de rotación externa con banda (90° de abducción).
  • “Prone trap 3 raise” (elevación de trapecio inferior) sobre banco inclinado.
  • Press Pallof con paso lateral para integrar estabilidad de core y hombro.

4- FASE DE CARGA Y TRANSICIÓN

Objetivo: Mejorar la velocidad y coordinación al pasar del armado a la aceleración.

EJEMPLO DE EJERCICIOS

  • Lanzamientos de balón medicinal por encima de la cabeza con paso previo.
  • Press de hombro con goma comenzando desde posición isométrica mantenida.
  • Ejercicios pliométricos con banda: tracción a press en un mismo movimiento.

5- FASE DE ACELERACIÓN

Objetivo: Desarrollar la fuerza de los grandes grupos musculares que impulsan el brazo.

EJEMPLO DE EJERCICIOS

  • Press de banca con agarre medio (énfasis en pectoral y tríceps).
  • Pull-over con mancuerna o balón medicinal para dorsales y pectoral mayor.
  • Press de hombro con mancuernas desde posición sentada para control del core.

6- FASE DE DESACELERACIÓN Y CONTROL FINAL

Objetivo: Frenar el brazo de forma segura protegiendo la articulación del hombro.

EJEMPLO DE EJERCICIOS

  • Lanzamientos de balón medicinal contra pared con control excéntrico al recibir.
  • Rotación externa excéntrica con goma (movimiento lento de retorno).
  • Face pulls con cuerda para fortalecer deltoides posterior y rotadores externos.

7- RELACION EMPUJE-TRACCIÓN Y EQUILIBRIO ESTRUCTURAL

Objetivo: Mantener un balance entre los músculos de empuje y tracción para prevenir descompensaciones.

EJEMPLO DE EJERCICIOS

  • Remo en TRX o barra T (landmine) como contraparte del trabajo de press.
  • Dominadas asistidas o con banda.
  • Circuitos 2:1 (dos ejercicios de tracción por cada uno de empuje) en pretemporada.

8- OTROS ASPECTOS FUERA DEL HOMBRO

Objetivo: Potenciar las ventajas estructurales de cada jugador.

EJEMPLO DE EJERCICIOS

  • Saltos con caída controlada para jugadores con gran envergadura, optimizando la posición de remate.
  • Trabajo técnico de “snap” o armado circular para brazos largos que generan mayor palanca.
  • Análisis en video para ajustar la trayectoria del brazo según la morfología del jugador.

CONCLUSIÓN

El remate no es simplemente un gesto final, sino la culminación de una cadena muscular compleja y altamente coordinada, desde estabilizar caderas y core hasta acelerar y controlar el brazo. Cada fase exige un trabajo físico específico —desde estabilidad escapular en la preparación, pasando por transiciones controladas, hasta contracciones explosivas y frenado excéntrico del brazo— que exige una planificación técnica y de fuerza estructurada. Al integrar estos entrenamientos, adaptados a la anatomía y el nivel de cada jugador, potenciamos la eficacia del gesto técnico, optimizamos la transferencia de energía y prolongamos la durabilidad del rendimiento sin sacrificar la salud articular.


Agradecemos al Profesor PABLO PRIOTTI por compartir este trabajo.

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